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Lo mismo de ayer

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Por: Luis Elquis Diaz

Los cimientos de nuestra historia hispánica y republicana han sido construidos con una mezcla de sangre y convulsión política, esa mescolanza inmarcesible ha engendrado resentimiento y odio; convivimos con esos males, asociados al miedo que ha sido enseñado. Parece que no se entendiera el transcurrir del tiempo, ni los fenómenos que producen cambios en la humanidad, aquí estamos en un constante viaje que se desliza sobre unos rieles que gira sus realidades circularmente, con una conducción obtusa que desatiende el entorno. 


Las lecciones aprendidas son desaprovechadas, el pacto del Frente Nacional entre azules y rojos fue improductivo; quizá fue útil para degradar el bipartidismo, pero motivó la configuración de organizaciones ilegales, que desbordaron con más violencia la vocación revolucionaria. Aunado el narcotráfico que hizo lo suyo al punto de poner de rodillas al Estado; en su lucha deplorable entró al diálogo en connivencia con actores de Estado causando daños irreparables a la institucionalidad. 


En los últimos 30 años la situación política local recibió un empellón de la dinámica pendular de la política latinoamericana. El ingrediente ideológico entre izquierda y derecha causa el mismo efecto negativo de los acontecimientos de los siglos XIX y XX, la única novedad la constituye el bautismo de polarización. Cabe resaltar que el disenso es valioso siempre que genere cambios propositivos y positivos, no obstante, mientras este pulso siga vigente el discernimiento corre el riesgo de sucumbir.    

Las marchas recientes acaecidas en el país combinan todas las inconformidades del pasado y describen la indignación marcada por el presente reciente, asimismo, siguen valorizando los intereses de los adeudos históricos. El derecho a hacerlo es incuestionable, pero los destrozos causados por el vandalismo merecen mi rechazo absoluto, creo que esos eventos son patrocinados por el populismo, no se sabe quién o quiénes son los acreedores, pero por más indignación que haya entre los manifestantes, para generar actos de vandalismo hay que tener experiencia. 


¿Cómo salir de este embudo? ¿Habrá espacio en este espiral para la teoría económica y social  bautizada como ‘La tercera vía’ por el famoso sociólogo inglés Anthony Giddens?  La tercera vía cuestiona el poder concentrado en pocas manos, en materia económica busca maximizar el recaudo de ingresos con impuestos progresivos y no regresivos, el bienestar de la sociedad y  una equitativa distribución del ingreso.


Según el DANE, la pandemia por el coronavirus llevó a un aumento de 6,8 puntos porcentuales de pobreza monetaria, que ascendió a 42,5 % en 2020. Eso significa que 21 millones de personas estaban en esa condición durante ese periodo. Por su parte, el indicador de la pobreza extrema ascendió a 15,1 %, lo que quiere decir que hubo un incremento de 5,5 puntos. A Colombia debemos entenderla como el verdadero proyecto, no hay más tiempo que perder, ponerse de acuerdo es imperativo como entender las circunstancias.

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