- El Banco Mundial estima un crecimiento del globo del 2,7 % para 2025 y 2026.
- Latinoamérica cerró en 2024 con un crecimiento del 2,2 %, siendo la cifra más baja desde 2022.
En la medida en que la inflación ha cedido y las restricciones monetarias se han flexibilizado, la actividad economía mundial ha comenzado a estabilizarse. De acuerdo con las estimaciones del Banco Mundial, el mundo crecerá a una tasa del 2,7% en 2025 y en 2026. De ser así, se completarían cuatro años de crecimiento en ese nivel, hecho explicado por la serie de eventos negativos que han ocurrido desde la pandemia y que impidieron un mayor dinamismo. De esta manera, el crecimiento de la economía global estaría estancándose en tasas relativamente bajas, lo que tiene un efecto negativo en el desarrollo económico y en el incremento del ingreso per cápita en los diferentes países.
En adición, el mundo enfrenta riesgos latentes, como los conflictos geopolíticos que pueden derivar de los cambios de gobierno ocurridos luego de los procesos electorales llevados a cabo en diferentes territorios en 2024. En este contexto, otros obstáculos potenciales para la actividad económica son una inflación alta por un periodo más largo del esperado y el debilitamiento en el crecimiento de países clave como Estados Unidos y China.
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En cuanto al volumen del comercio internacional, se estima que, a cierre de 2024, tuvo un crecimiento del 2,7%. Para 2025 y 2026, se prevé un mayor dinamismo, con aumentos anuales del 3,1% y 3,2%, respectivamente. Sin embargo, este crecimiento sería inferior al promedio del periodo 2010-2019 en más de la mitad de los países. En este frente se identifica otro riesgo para la actividad económica, que es la fragmentación del comercio mundial. Según el Banco Mundial, las restricciones comerciales son un recurso usado por los países con cada vez más frecuencia. En particular, la entidad estima que el número de restricciones comerciales en 2024 fue cinco veces mayor que el valor promedio de la década previa. Cabe señalar que, con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos y las medidas que ha tomado en las primeras semanas de su mandato, la materialización de este riesgo parece más probable en el corto plazo.
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Fuente: Banco Mundial
A cierre de 2024, se estima que el crecimiento de la economía de Latinoamérica y el Caribe se ubicó en 2,2%, siendo la cifra más baja registrada desde 2022. La desaceleración en la actividad económica de la región estuvo asociada principalmente a una disminución en el consumo público y privado. El comportamiento en los diferentes países fue mixto. De un lado, en Brasil, el alto consumo favoreció al crecimiento de la actividad económica, mientras que en Chille, Colombia y Perú, el repunte estuvo explicado por las ventas externas y la inversión privada. Por su parte, la economía mexicana se vio afectada por una caída importante en las exportaciones, al tiempo que Argentina mostró algunas señales de recuperación en la segunda mitad del año.
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Las proyecciones a corto plazo apuntan a un crecimiento del 2,5%, para 2025 y del 2,6% para 2026, cifras atribuibles principalmente a la recuperación esperada de la economía argentina, así como a la normalización de la política monetaria y de la inflación. Sin embargo, el Banco Mundial advierte de algunos riesgos que podrían limitar la expansión económica, dentro de los que están las presiones fiscales, la persistencia de la inflación subyacente y una potencial restricción monetaria en respuesta. Además, la menor demanda por parte de China puede afectar en forma importante el crecimiento de Chile y de Perú. Igualmente, el impacto de políticas comerciales adversas, como el incremento en los aranceles, puede limitar las capacidades de crecimiento de la región.
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Particularmente en Colombia, los pronósticos de crecimiento para 2025 oscilan entre el 2,4% y el 3,0%. Para el Banco Mundial, la moderación de la inflación y, en consecuencia, de la política monetaria pueden fomentar el consumo y la inversión privados, impulsando el crecimiento. Sin embargo, la crítica situación de las finanzas públicas puede inducir a una política fiscal contractiva que frene el crecimiento en la actividad económica. En esta misma línea, el Banco de la República estima que la economía colombiana continuará recuperándose en 2025 gracias al consumo y la inversión. En adición, el Informe de Política Monetaria de enero de 2025 señala que “otros factores que seguirían impulsando el crecimiento en 2025 serían el relativamente buen desempeño de los socios comerciales, un buen comportamiento del turismo de no residentes y unas remesas que seguirían en niveles altos, dando mayor estímulo al consumo privado“ . Por su parte, Fedesarrollo pronostica que el 2025 cerrará con un crecimiento del 2,6%, que estaría explicado por los subsectores de comercio y servicios y por el sector público. Para 2026, el Banco Mundial prevé un crecimiento económico del 2,9%, mientras que para el Emisor será del 3,4%.
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