La Asociación de Productores Agroecológicos Indígenas y Campesinos de la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá – ASOANEI, principales beneficiarios de la iniciativa #AGRILACResiliente del #CGIAR – Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional, obtuvieron la primera cosecha de fríjol biofortificado agroecológico en la costa Caribe de Colombia, gracias al establecimiento de una parcela con canastas de cultivos biofortificados registrados por la Corporación colombiana de investigación agropecuaria – AGROSAVIA y la Alianza Biodiversity – CIAT en el departamento del Cesar y la Sierra Nevada de Santa Marta.
Esta parcela es novedosa, dado que es la primera vez que se realiza el proceso de armonización espiritual de variedades mejoradas que validan su difusión en el territorio Arhuaco, con el beneplácito de los líderes espirituales. El saneamiento espiritual implica, además, otros compromisos desde lo técnico como la producción agroecológica del alimento, en concordancia con la Ley de Origen que rige al pueblo Arhuaco. De tal manera que, a pesar del fuerte efecto del fenómeno climático La Niña en La Sierra Nevada de Santa Marta, se mantuvo un manejo agroecológico a partir de biopreparados tradicionales que realiza el semillero de la comunidad Arhuaca de Umuriwa, desarrollado con apoyo y asistencia de Fondo Acción y el Centro de Investigación Motilonia de AGROSAVIA, en el corregimiento de La Mesa, municipio de Valledupar.
La aceptación de la comunidad indígena de las variedades biofortificadas logró una segunda fase de la iniciativa AGRILAC en el Cesar que se enfocará en el seguimiento a las parcelas de las familias Arhuacas que recibieron semillas, la integración del enfoque de género por las etnias, un sondeo rápido de mercado para fríjol biofortificado y la optimización del manejo agroecológico a los cultivos biofortificados. Por lo cual, se espera avanzar en una alianza con Fondo Acción para facilitar tanto la difusión de las variedades biofortificadas como la optimización del manejo agroecológico por las familias Arhuacas. Según Camila Zambrano, coordinadora de Desarrollo Rural Sostenible de Fondo Acción, “se espera que la alianza con AGROSAVIA permita seguir el fortalecimiento de autonomía agroalimentaria en las cuatro comunidades. Esto incluye bioinsumos, parcelas cultivadas, encuentros culinarios y productos transformados”.
La segunda fase de la iniciativa AGRILAC en el Cesar tiene programada una sesión de consolidación de lecciones aprendidas como parte del intercambio de saberes que incluye la evaluación de la metodología para tejer el conocimiento ancestral y el técnico. El director administrativo de Café Anei de ASOANEI, Sebastián Páez Izquierdo, dice que “una de las mayores limitantes de la difusión de los cultivos biofortificados es la baja disponibilidad de asistentes técnicos étnicos formados no solo en manejo de cultivos agroalimentarios, también en transformación y mercadeo, por lo cual destacó la contribución de la iniciativa AGRILAC en el Cesar en este aspecto y la posible cadena de actores que pueda propiciarse en conjunto con AGROSAVIA y Fondo Acción que potencie el fortalecimiento de capacidades de recurso humano del resguardo”.
Hasta el momento, la comunidad de Umuriwa ha expresado la aceptación de las semillas que se entregaron y la alta expectativa de las que recibirán en la segunda fase. Para María Izquierdo, técnica étnica de Fondo Acción que atiende esa comunidad, comparte que “la expectativa de la comunidad está ligada al mayor contenido de minerales de los cultivos evaluados y en la oportunidad de aplicar en este año las recomendaciones de los líderes espirituales respecto a las fechas de siembra y cosecha para que, de este modo, la difusión de los cultivos biofortificados se extienda en el resguardo del pueblo Arhuaco”. La articulación de actores regionales y nacionales facilitaría la inserción de las comunidades étnicas en otros proyectos de financiación internacional como fríjol alto hierro de FONTAGRO y fríjol sequía de KOLFACI.