Para obtener las mejores variedades, el investigador utilizó técnica de minería de rasgos adaptativos, respaldada por la IA
El fríjol es una de las leguminosas con mayor incidencia en la canasta básica familiar. Gracias a su alto contenido proteico, es un alimento clave para combatir la inseguridad alimentaria que yace en el país. Según un informe de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya, Fenalce, en lo corrido del año, su producción se estima en 59.154 toneladas métricas (t), mientras que su rendimiento alcanza 1,3 toneladas por hectárea, con un área sembrada de 44.895.
Con el fin de mejorar sus rendimientos productivos y garantizar el abastecimiento regional, un estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Colombia, Unal, sede Palmira, halló, a través de inteligencia artificial, las mejores variedades de fríjol tépari, cuya característica más relevante es su resistencia a las sequías.
De acuerdo con el portal de noticias de la Unal, luego de analizar muestras tomadas de la colección de 320 variedades de esta leguminosa resguardadas en el Ciat, en el Valle del Cauca, el ingeniero agrónomo Diego Felipe Conejo Rodríguez, estudiante del Doctorado en Ciencias Agrarias, identificó los mejores grupos ecológicos del fríjol tépari.
Para obtener las mejores variedades de este tipo de fríjol, el investigador utilizó la técnica de minería de rasgos adaptativos, respaldada por la IA, para identificar las características que le otorgan el carácter de resistencia a temperaturas elevadas.
A través de esa técnica se utilizaron sensores remotos en las zonas estudiadas, como cámaras y otros dispositivos, para recopilar datos sobre la forma de las hojas, el color de las flores y la producción de semillas.
“Un ejemplo sencillo de un sensor remoto es la cámara de un teléfono celular, que puede capturar rasgos como formas o colores mediante imágenes. En este caso empleamos sensores especializados que nos permitieron medir la fotosíntesis en diversas etapas del cultivo y casi en tiempo real”, explicó Rodríguez en el portal web.
Además, se analizaron las condiciones geográficas y el tiempo que tardan en crecer y germinar estos grupos ecológicos del fríjol tépari, especie nativa del sur de Estados Unidos y el norte de México.
Dentro los hallazgos obtenidos, de los seis grupos ecológicos identificados dos son silvestres y cuatro cultivados. Los resultados permiten seleccionar los genotipos con mayor adaptabilidad a regiones específicas, todo esto, de la mano del uso de técnicas tecnológicas.
Actualmente, de la mano de estudiantes de la Maestría en Ciencias Agrarias de la Unal, sede Palmira y expertos del Ciat, “trabajan en la caracterización de estos grupos con el propósito de mejorarlos genéticamente para que se puedan utilizar en regiones afectadas por las oleadas de calor que provocan pérdidas de hasta 15% en producción de los cultivos”, precisan desde la universidad.
Para Rodríguez, es importante identificar las barreras de la cultura alimenticia, ya que “juegan un papel importante en la diversidad genética y han limitado la adopción directa de estas variedades en algunas zonas en donde no las consumen, a fin de incentivar su cultivo eficiente”, concluyó.