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Las Misiones de Sabios

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Por Ferley Henao Ospina

Colombia ha tenido tres misiones de sabios: En la administración de Virgilio Barco Vargas 1988, la de Ciencia y Tecnología; en la de César Gaviria Trujillo 1994, la de Ciencia, Educación y Desarrollo; y la Misión Internacional de Sabios sobre educación, ciencia, tecnología e innovación 2019. Aspiro que esta última dé frutos. Las dos anteriores fueron como la fábula: «el parto de los montes» que se refiere a aquellos acontecimientos que se anuncian como algo grande o importante y terminan siendo una frustración.

En la finca de Diego Franco conocí a Edgar Sánchez Cuevas, joven talento que cursa su maestría en la Universidad de Princeton, uno de los asesores de la Misión Internacional de Sabios 2019 y confío en que las conclusiones a las que llega esta misión sí se pongan en práctica. Una crónica sobre este tema, incluidos pasajes con la voz de Edgar, tengo planeado publicar el próximo miércoles 19 de enero.

Decía que las dos anteriores misiones de sabios fueron como “el parto de los montes” porque si hubiesen producido algún fruto no sería este país el último del mundo en conexión internet a hogares.

En la “W”, Zaida Liliana Piñeros nos entrega esta frustrante noticia: “Colombia es último en ranking de países en los que se tiene acceso a un computador en los hogares, según OCDE”

Para 2019, Canadá lideró la lista con 83.2 hogares que tenían al menos un computador en funcionamiento, seguido de Israel con 79.5, luego Corea con 71.1, posterior Japón con 69.1, Costa Rica, México y Brasil respectivamente. En último lugar Colombia con 37.2 hogares que tenían un computador.

Juan Pablo Calvás, de la mesa de trabajo de La W afirmó que esta es la radiografía de un país al que todavía le queda una gran tarea en conectividad.

Por otro lado, si hubiesen aplicado las conclusiones y recomendaciones de esas Misiones de Sabios, hubiera avanzado concretamente la separación efectiva de residuos orgánicos con la consiguiente conversión en fertilizantes; así como la recolección de los 7 diferentes tipos de plásticos para transformarlos en combustibles.

Tampoco Colombia, con su inmenso potencial agroexportador, se hubiera convertido en uno de los países con los peores niveles de productividad agrícola, que repercuten en su competitividad. Si quienes administraron este país en su momento ignoraron las conclusiones de las Misiones de Sabios, por lo menos deberían haber leído a Alvin Toffler, quien por la misma época de esas dos misiones, publicó sus primeros libros pronosticando lo que vendría para el mundo en materia de conocimiento en general y de modo particular en tecnología e innovación, que son indispensables para la agricultura de nuestro tiempo. Toffler, en “El Cambio del Poder” (1990), cuando aborda el tema de la agricultura dice:

“Por encima de todo, se adoptará un punto de vista completamente nuevo respecto al papel de la agricultura, a la que no se considerará necesariamente un sector “Retrógrado” sino un sector que, potencialmente, con la ayuda de ordenadores, ingeniería genética, satélites y otras nuevas tecnologías, podrá llegar algún día a ser más avanzado y progresivo que todas las chimeneas, acerías y minas del mundo. La agricultura basada en el conocimiento podrá ser la punta de lanza del avance económico del mañana”.

“Además, la agricultura no se limitará a cultivar comestibles – sino que cada vez cultivará cosechas energéticas y aprovisionamientos para nuevos materiales. Éstas no son más que unas pocas ideas que probablemente se experimentarán en los años por venir”.

“Pero ninguno de estos esfuerzos dará fruto si el país se ve excluido de la participación en la hiperdinámica economía mundial y en las redes de telecomunicaciones y enlace que la soportan”.

“El vacío que hay que salvar atañe a la información y la electrónica. No es un vacío entre norte y sur” sostiene Toffler y yo agrego, es el espacio que queda entre la eficiencia y la ineficiencia. Es de entender claramente qué significa competitividad.

Según las más recientes estadísticas de la Organización de  FAO, actualizadas a septiembre 15/2021, Colombia rinde 3,7 t/ha de Maíz; Uruguay 7,6 (el doble); Estados Unidos 10,5 t/ha (casi el triple); España 11,7 t/ha y Chile 12,1 t/ha (3,3 tres veces más que Colombia).

PAPA: Colombia 23,4 t/ha; Canadá 39,1 t/ha (1,7 veces); Francia 41,3 t/ha; Países Bajos 42,0 t/ha (1,8 veces); Estados Unidos 50,3 t/ha (más del doble).

FRIJOL: Colombia 0,6 t/ha; Argentina 1,4 t/ha (más del doble); Chile 1,7 t/ha (casi el triple); Estados Unidos 2,0 t/ha y Canadá 2,1 t/ha (tres y media veces

Este análisis. devela tres serios impactos para la sociedad colombiana en su conjunto:

1.- AMBIENTAL. Más hectáreas para cosechar las mismas toneladas de la misma especie. (Huella ecológica y huella hídrica).

2.- SOCIAL. Pérdida de fuentes de empleo rural y de sus actividades colaterales, reduciendo la posibilidad de dinamizar las economías locales.

3.- ECONÓMICO. Creciente dependencia de la importación de alimentos y la incidencia en los precios del producto obtenido localmente, limitando seriamente el desarrollo agroindustrial que debería ser el motor de la economía.

Es necesario establecer cuáles son los aspectos de tecnología e innovación en los que Colombia se ha quedado rezagada y diseñar los planes de capacitación, adopción y transferencia tecnológica necesarios para hacer de Colombia el país agrícola que su vocación exige.

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