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Colombia No ha podido, Uruguay Sí ¿Por qué?

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Por: Ferley Henao Ospina

“Uruguay se destaca en América Latina por ser una sociedad igualitaria, por su alto ingreso per cápita, sus bajos niveles de desigualdad y pobreza y por la ausencia casi total de indigencia. En términos relativos, su clase media es la más grande de América y representa más del 60% de su población”: Esta es la introducción del más reciente informe del Banco Mundial.

Unos de los artífices de semejante éxito se llama José Mujica, ex guerrillero del que fuera uno de los más temidos grupos levantados en armas: “Los Tupamaros”, guerrilla muy activa entre los años 60 y 70 que se desmovilizó en 1.989 y se integró a la Coalición Política “Frente Amplio”.

Pepe Mujica, como le dicen comúnmente, asumió el Ministerio de Agricultura cuando su aliado político, el médico Tabaré Vásquez, se posesionó como presidente de la República Oriental de Uruguay en 2005.

Desde entonces los éxitos de Uruguay en todos los campos han sido muy notables. Estos indicadores del Banco Mundial registran que a 2005 el Producto Interno Bruto PIB (a precios actuales) era de US$ 17.363 y a 2015 ascendía a US$ 53.274; que el Ingreso Nacional Bruto INB (a precios actuales) pasó de US$ 4.720 en 2005 a US$ 15.620 en 2015 y que la tasa de incidencia de la pobreza disminuyó de 32,5% a 9,7% entre 2005 y 2015. (Véanse aquí los datos escaneados de la última actualización del Informe del Banco Mundial a Oct 01, 2021).

El informe dice que “La implementación de nuevas políticas sociales, contribuyeron a obtener sólidos resultados, ayudando a aumentar la resiliencia de Uruguay” y que “el país tiene una fuerte vocación en materia de protección social. Históricamente, las políticas sociales inclusivas se han enfocado en ampliar la cobertura de los programas, por ejemplo, alrededor del 90% de la población de más de 65 años está cubierta por el sistema de pensiones: este es uno de los coeficientes más altos en América Latina y el Caribe”.

“El fuerte desempeño institucional en otras áreas, tales como la confianza en el gobierno, la escasa corrupción y un enfoque político basado en consensos, así como un gran compromiso para fortalecer los arreglos institucionales, le da al país una base firme sobre la cual continuar renovando su contrato social y establecer políticas para atacar las limitaciones actuales” concluye el Banco Mundial.

Pero a los uruguayos les trataron de meter miedo haciéndoles creer que un ex guerrillero iba a llevar a la bancarrota al país y sucedió lo contrario, sacó al país del abismo a donde lo estaban llevando los partidos tradicionales.

Para presentarles a ustedes un ejemplo sencillo y comprensible que permita entender mejor los éxitos obtenidos por Uruguay en todos los órdenes, tomamos las estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO, y con ellas elaboramos este gráfico comparativo de los rendimientos en una especie emblemática tanto de Colombia como de Uruguay: MAÍZ:

En 2005, cuando Pepe Mujica asumió el Ministerio de Agricultura de Uruguay, este país producía maíz con rendimientos muy poco mejores que los colombianos, 1,9 t/ha Uruguay, 1,4 t/ha Colombia. Desde la implementación de las políticas de estímulo a la agricultura puestas en funcionamiento por Mujica, el rendimiento uruguayo ha ido creciendo vertiginosamente a punto que a 2019 Uruguay rendía 7,7 t/ha frente a Colombia que solo obtiene 3,7 t/ha (Menos de la mitad).

Esto es apenas un ejemplo de lo que puede lograrse haciendo las cosas correctamente, así mismo ha sucedido con otras especies agrícolas, con líneas pecuarias, acuícolas, forestales y también con otras actividades que repercuten en lo económico, en lo social y en lo ambiental.

Exactamente lo contrario sucede en Colombia, donde parecería que las políticas rurales estén enfocadas a desmotivar al agricultor para que ocurra cualquiera de las siguientes consecuencias:

1.- Desestimulo a los campesinos para que no les quede más remedio que vender la tierra por lo que sea, debido a la imposibilidad de obtener con ella ingresos suficientes, aunque sea para una modesta subsistencia. Así, y con otras prácticas más crueles aún, conseguieron que el 81% de la tierra útil de Colombia le pertenezca apenas al 1% de personas convirtiendo a Colombia en el país más desigual de América y uno de los 5 más desiguales del mundo.

2.- Que el agricultor termine vinculado a cultivos ilícitos debido a la imposibilidad de conseguir beneficios económicos con sus cultivos legales, acosado por los cubrir los costos, desmotivado por no poder atender los gastos de educación para su familia y viendo cada vez más lejana cualquier posibilidad de futuro digno.

3.- Enriquecer más y más a los importadores de alimentos a quienes, adicionalmente, les ayudan permitiéndoles desembarcar precisamente cuando los frutos de nuestros campesinos están siendo cosechados, reduciendo los precios de mercado a punto de someter a la quiebra al modesto agricultor.

Empleando el mismo ejemplo del maíz, si Colombia hubiese seguido el rumbo que tomó Uruguay en 2005 hoy estaría obteniendo, en las mismas 373.000 h en las que actualmente cosecha 1.400.000 toneladas, casi 3 millones de toneladas (más del doble) o sea la mitad de la demanda nacional y habría sustituido por lo menos el 30% de la importación del grano.

Como consecuencia de ese logro otras 350.000 familias se hubieran podido incorporar al trabajo del campo y todos los productores de maíz hubieran pasado de ser absolutos perdedores a convertirse en generadores de riqueza para sus municipios y para la nación y, como logró trascendental, 700.000 familias más se incorporarían al proceso hasta el final de la total sustitución de las importaciones de este grano.

Quedaría por seguir trabajando en la sustitución de importaciones de maíz que ascenderían, bajo esa hipótesis, a 3 millones de toneladas que se podrían obtener en otras 300 a 400 mil hectáreas debidamente tecnificadas y productivas.

Actualmente el país importa 4.5 millones de toneladas de maíz, el 80% de la demanda nacional, que representa una erogación de divisas por más de 1.200 Millones de dólares.

Los colombianos, todos, tenemos ahora la responsabilidad inmensa de pensar muy bien, con mucha madurez, sabiduría y sensatez, el futuro de Colombia de cara a las próximas elecciones.

Véalo también como Video-Columna en este enlace:

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