La cultura organizacional puede ser también un elemento detonador de confianza y buena reputación corporativa por parte de colaboradores, clientes, inversionistas, autoridades, comunidades, etc.
La cultura organizacional como elemento clave de la RSE
Al hablar de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) frecuentemente se hace referencia a los diversos modelos, metodologías, estándares o herramientas con los que hoy contamos para poder implementar estos conceptos en una empresa y posteriormente gestionarlos mediante políticas, planes, procedimientos, indicadores, etc.; sin embargo, por encima de todo ello deberíamos de enfocarnos en la conformación o transformación de una adecuada cultura organizacional orientada hacia la sostenibilidad, la cual será fundamental para que tanto la implementación de la RSE como su gestión sean exitosas.
En primer lugar, se requiere de una cultura organizacional basada en valores y principios que sean compartidos por todas las personas que conforman la empresa, de tal manera que se identifiquen con ellos, los impulsen a conducirse de manera ética y se comprenda la importancia de la RSE en la toma de decisiones y cada una de las acciones individuales y colectivas; construyendo la Responsabilidad Social de la Empresa a partir de la Responsabilidad Social de las personas que conforman dicha empresa.
Colaboradores comproetidos
En este sentido, es importante contar con colaboradores comprometidos con la Responsabilidad Social Empresarial, que conozcan y entiendan el tema, y estén motivados por la cultura organizacional para generar cambios de comportamiento en esta dirección y para involucrarse voluntaria y activamente en diversas iniciativas que los lleven a ser una empresa más sostenible por verdadera convicción.
De manera complementaria, cuando la RSE permea la cultura organizacional, los criterios y principios sociales y ambientales estarán considerados de una manera mucho más natural en los procesos de toma de decisiones, al contar con un enfoque más integral y equilibrado que contemple los riesgos, impactos, beneficios, etc. en todos los ámbitos de la sostenibilidad, y no solo en términos financieros o económicos, con una visión de largo plazo y que tome en cuenta las diversas expectativas de sus grupos de interés.
Cultura organizacional orientada hacia la sostenibilidad
A esto se puede sumar el que una cultura organizacional orientada hacia la sostenibilidad fomentará la innovación y la mejora continua en la estrategia, los productos, los procesos, los modelos, etc., creando un ambiente propicio para la generación de nuevas ideas en cuanto a cómo mejorar su desempeño económico, social y ambiental en cualquier área de la organización y en todos sus niveles.
Así, la cultura organizacional puede ser también un elemento detonador de confianza y buena reputación corporativa por parte de colaboradores, clientes, inversionistas, autoridades, comunidades, etc., cuando hay una congruencia entre lo que se dice, lo que se hace y lo que se es como empresa, combatiendo mediante la transparencia y la rendición de cuentas el greenwashing el socialwashing, en el que desafortunadamente muchas pueden caer, cuando no hay un sustento de fondo.
Por todo lo anterior no debemos dejar de lado la importancia que tiene el desarrollar una cultura organizacional sólida y alineada a la sostenibilidad para garantizar la implementación efectiva de la responsabilidad social en la empresa y transitar hacia un modelo de negocio más sostenible, con todo lo que esto implica. Desde luego esto no es tarea sencilla y requiere de mucha determinación y constancia, por parte de todos quienes conforman la empresa.