Ganaderos del Cesar recuperan una parte de sus pérdidas gracias a la exportación de ganado

El crecimiento de las exportaciones de animales en pie en 2021 es una muestra de que la ganadería se ha convertido en un negocio de proyección con la carne bovina, según afirmó José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán).

Los ganaderos de Colombia parece que están viviendo la época de las vacas gordas a raíz del incremento de las exportaciones de ganado en pie a países del medio Oriente, situación que tiene molestos a los frigoríficos que perdieron abastecimiento frente a esta demanda.

El crecimiento de las exportaciones de animales en pie en 2021 es una muestra de que la ganadería se ha convertido en un negocio de proyección con la carne bovina, según afirmó José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán).

El Cesar como departamento ganadero hace parte de este grupo de productores que no lo ven como la gran ganancia, de acuerdo con el gerente del Fondo Ganadero del Cesar, Hernán Araújo Castro, quien asegura que esto es apenas la recuperación de una parte de lo que durante 10 años han perdido.

Aseguró Araújo Castro, que lo de los frigoríficos es un reclamo temerario y que solo están pensando en beneficio de su interés para que sea la carne en canal la prioritaria en las exportaciones.

Dijo que, si bien el Cesar tiene su aporte en esta mini bonanza, les ha tocado asumir algunos costos debido a la división territorial que los fusionó con La Guajira y Norte de Santander, al atribuirle una frontera viva con Venezuela y responsabilizarlos por los brotes de aftosa del pasado, por lo que ahora deben hacer trámites más demorados para la movilización de su ganado y eso se refleja en gastos.

Finalmente habló que muy a pesar de los momentos regulares que viven, el fantasma de las vacas flacas del abigeato no ha cambiado y que siguen los cuatreros sacrificando en planchones y potreros rurales y surtiendo a muchos de los 700 expendios que tiene Valledupar, para los que se necesitarían unas 400 reses diarias sacrificadas para surtirlos, de ahí que el resto sigue llegando de los mataderos clandestinos.