Por: Ferley Henao Ospina
La protección ambiental es tema que se trata frecuentemente y de manera muy particular el 5 de junio Día Mundial del Medio Ambiente. Ponemos los sentidos en toda la flora y la fauna visible pero ignoramos que todo esto es posible gracias a los microorganismos del suelo. Pasteur predijo que la vida de los animales no sería posible sin microorganismos.
En el Mes del Medio Ambiente Energía de Pereira te invita al cuidado de las abejas por el importante aporte que hacen al planeta.
“¿Podría ser viable la humanidad en un mundo sin microbios?” Pregunta la revista “Investigación y Ciencia” en su edición especial “Día Mundial del Microbioma” junio 13/2018 y agrega:
“El ciclo del nitrógeno colapsaría. Las plantas no serían capaces de fijar el nitrógeno de forma natural. También influiría en el ciclo del carbono, ya que gran parte de la actividad fotosintética la realizan microorganismos. La mayoría de las especies de seres vivos se extinguiría y la población de las especies que sobrevivieran se vería muy disminuida”.
“Si desaparecieran los microbios de forma repentina, en unas pocas semanas ya seríamos conscientes de lo que estaba ocurriendo. En menos de un año, la cadena de alimentos estaría seriamente afectada, habría grandes hambrunas, aumentarían las enfermedades, un colapso social global, guerras y anarquía. En definitiva, la asfixia de los ciclos biogeoquímicos nos llevaría a un caos total. Los microbios sostienen la vida sobre el planeta, concluye “Investigación y Ciencia”.
Los microorganismos del suelo tienen relación dinámica con las raíces de las plantas y juegan un papel fundamental en la calidad, salud y fertilidad de los cultivos ya que están directamente relacionados con la disponibilidad y movilidad de nutrientes en el suelo, proporcionan estructura, son los responsables de la vida en el suelo y la modificación de los materiales orgánicos e inorgánicos. En el microbioma del suelo, sus propiedades son controladas en un grado significativo por las actividades microbiales.
Este contexto ha de servirnos para comprender por qué nos oponemos a la aplicación de glifosato, con el que el gobierno insiste en asperjar los campos colombianos, afectando la biodiversidad de áreas selváticas, al impactar más allá de las especies y los cultivos objetivo.
“El glifosato es un arma de destrucción masiva, que no solo afecta a la biodiversidad del agua y del suelo, sino también a la salud de las personas”. Luis Ferreirim, Greenpeace España.
Su uso tiene un alto costo para el ecosistema. Su acumulación gradual termina por afectar severamente el microbioma del suelo y destruir la presencia de Microorganismos, vital para las relaciones de todos los seres vivos en nuestros Ecosistemas del Trópico, que es lo que diferencia al Suelo del Desierto.
Además del impacto negativo en flora y fauna, el glifosato ha llegado hasta el agua para consumo humano, lo que condujo a introducir normativas y leyes que regulan o sancionan el uso del herbicida, por los probables efectos que ocasiona en la salud humana.
Ha de servirnos también para entender que es indispensable desarrollar una cultura que además de conseguir la reposición de los nutrientes, coadyuve en la restauración de los suelos y no solo en su rehabilitación o recuperación.
La restauración del suelo alcanza el estado original del sistema dándole énfasis a la fertilidad del suelo y la actividad biológica, al mismo tiempo que minimiza el uso de los recursos no renovables evitando utilizar fertilizantes y plaguicidas sintéticos. Esto solo es posible con la incorporación continua de abonos provenientes de la transformación de los mismos residuos orgánicos mediante la aplicación cultural de Buenas Prácticas Agrícolas que buscan el Manejo Ecológico y la preservación de los suelos.
Camino a la restauración, optar por la creación de Fincas-Escuela es una excelente alternativa como puede observarse en este enlace:
https://drive.google.com/file/d/1sPCR9-0b3AwnPtKDUIhqv-uklwnuIKwi/view?usp=sharing
Adoptando sistemas de agricultura limpia se pueden aumentar sustantivamente los rendimientos y reducir significativamente los costos por unidad de producción.
En los ejemplos que presenta el link anterior, se puede observar que con la misma semilla, se incrementa de 5.000 a 38.000 k/ha la producción de pepinillo y que ese incremento significó la reducción del costo en finca de US$ 0,46/Kilo a US$ 0,11/Kilo, volviendo competitivos y rentables a estos agricultores y agroindustriales.
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